Cuando abrí este blog, allá por abril de 2008, yo tenía unas circunstancias, unas expectativas, unos sueños y alguna que otra ilusión. Luego el tiempo siguió su curso, como hace siempre el muy suyo, y todo fue cambiando de forma más o menos sutil. El blog se ha ido trasnformando según yo misma evolucionaba, y los contenidos han seguido los vaivenes de mis propios estados de ánimo. Es lo natural, al fin y al cabo. Lo esperado. Últimamente, y os aseguro que ese últimamente es un periodo de tiempo lo suficientemente largo como para haber sopesado bien los pros y los contras, ya no tengo la misma ilusión por seguir publicando nuevas entradas. No me gustaría que éste se convirtiese en uno de esos blogs que mueren por abandono porque ya nadie los actualiza. No me gustan las despedidas que nunca se hacen. Porque, aunque pocos, sé que algunos habéis al otro lado de estas líneas, y no me encontraría cómoda silenciando el blog sin más. Os debo al menos una despedida en condiciones. Por grat