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Mostrando entradas de octubre, 2011

Micro-Ensayo (y error) sobre la felicidad

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He aprendido que para ser feliz no importa lo que tienes, ni lo que eres, sino tu actitud hacia eso. Entonces... ¿la felicidad está relacionada con el conformismo?  ¿El ansia por mejorar está reñido con la satisfacción?  ¿Hay gente que realmente esté plenamente contenta con su vida o todo es fachada? ¿Debería bajar mis expectativas? ¿Debería aprender a saciarme con lo que tengo sin aspirar a más? ¿Se aprende a ser feliz? A veces pienso que la felicidad es solo una especie de sombra chinesca que proyectamos sobre una pared blanca. Superficial, incompleta y demasiadas veces mentirosa. Una felicidad maquillada de sonrisas, de ratos, de telones que suben y bajan varias veces al día. Hay quien dice que la felicidad consiste en momentos pero... ¿qué ocurre con los otros momentos? Cuando nadie nos ve, cuando nos quitamos el maquillaje (o directamente dejamos que se convierta en restregones sobre la cara) y nos miramos al espejo.  ¿Qué ocurre cuando nos bajamos del tren de

Sonría por favor

Después de un día largo y cargado de decepciones, no hay nada que se agradezca más que llegar a casa y que te arranquen una sonrisa. Gracias Miguel Angel, por los chistes de los asturianus, por los paisajes estupendos de tu tierra, y sobre todo, por estos vídeos que me hacen reír aun cuando no tengo ganas de ná. Y si me lo permitís, aunque me lo he traído al blog para uso y disfrute de todas mis seguidoras (sois mayoría las mujeres, qué le vamos a hacer) se lo voy a dedicar en especial a una bloguera que anda esta semana un poco baja de ánimos. Un beso Susana, hoy me toca a mí mandarte las sonrisas hasta León. Contrex - Ma Contrexpérience - 97s from Marcel on Vimeo . Y mañana será otro día...

Frutos de Otoño (Miércoles Mudo)

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¡Proyecto encina!

El silencio de los concursos literarios

Lo confieso: lo he vuelto a hacer. Una vez más, por mucho que jure que será la última, he vuelto a mi oficina de correos para enviar un sobre certificado con destino a un premio literario. Dentro, junto con unos poemas y la plica, mi tiempo, mi cariño, una pizca de ilusión y otra de orgullo por un trabajo al que le he dedicado ratos robados de aquí y de allá. ¿El resultado? Con toda probabilidad puedo adelantarlo: Silencio literario. Y es que el silencio de los premios es incluso más cruel que el silencio administrativo. Es un silencio que te ignora, que condena tu obra (por triplicado) a una máquina trituradora (eso con suerte). Lo normal es que ni te enteres de que el premio se ha fallado. Con un poco de suerte, si le pones interés y lo buscas en google, alguna vez conseguirás una reseña en algún diario local, y te enterarás de que el premio ya se dio, puede que hace una semana, puede que un mes atrás. Otras veces ni eso. En cualquier caso, la organización nunca avisa. Ni un tr

Amor Eterno

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Para no saturar demasiado con los temas de conciliación, repesco un ejercicio de este verano que hicimos en el Club de Escritura "La Biblioteca"  y que consistía en escribir un micro-relato inspirado en unas fotos de amantes y candados. Como siempre os digo, si queréis leer más (y seguramente mejores) historias, no dudéis en pasaros por el blog. AMOR ETERNO Regresó, como cada tarde, al puente de los candados. Le gustaba pasear a la puesta del sol e imaginar las historias que había apresadas en cada uno de ellos. Historias que, al menos por un instante, se juraban eternas.  Candados que se oxidaban con la humedad y el paso del tiempo. Nombres escritos, que algún día acabarían borrados por el viento y la lluvia. Como todo en la vida se va desgastando con el uso o el desuso. A lo lejos, una pequeña isla le trajo un recuerdo de los que se pegan al cuerpo y remueven sensaciones que ya creía haber superado. El mar, el rompeolas, un atardecer perfecto, y las ma