Hablando de expectativas
El otro día leía en el blog " A veces mujer, siempre mamá" que las decepciones suelen ser una mera cuestión de expectativas. Es una reflexión interesante que, tirando del hilo nos puede llevar justo al lado opuesto: cuando no esperas nada de alguien, el gesto más pequeño será una sorpresa. Esta semana he tenido la ocasión de sonreir gracias a un pequeño guiño que no esperaba. Es una sonrisa agridulce, pero sonrisa al fin y al cabo, que hoy puede ser incluso un pequeño punto de apoyo sobre el que apuntalar mi autoestima. Y continuar avanzando gota a gota y minuto a minuto. A veces nos quedamos anclados en un análisis estático de las cosas. Yo hace tiempo que asumí que no soy perfecta, pero lo importante es que la conclusión no se detenga ahí, porque la evolución de esa imperfección sí que puede estar en mis manos. Y hoy sé que mañana puede ocurrir cualquier cosa, y que la opción de convertirlo en oportunidad o amenaza depende en buena parte de mí. Una vez leí que no podemo