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Mostrando entradas de mayo, 2013

In-Coherencia

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Acababa de salir del trabajo con esa sensación de saturación que siempre me acompaña. Alcancé aquel paso de cebra con la misma atonía de costumbre, pero aquel día algo reclamó mi atención y me distrajo de la espiral de pensamientos negativos de rutina. Supongo que esa energía incontenible, o los esfuerzos de su padre por retenerlo al filo del bordillo. Ni siquiera levantaba un metro del suelo, y yo le calculé un par de años como mucho. Me enterneció la escena, posiblemente por las veces que yo misma la he protagonizado (no hace tanto, la verdad) -Ahora no podemos cruzar porque el muñequito está rojo ¿ves el muñequito? pues mientras esté rojo no podemos pasar. Hay que esperar a que se ponga verde. Frente a nuestros pies algunos coches circulaban tranquilos. No era hora de demasiado tráfico, así que pronto hubo un claro en la circulación. Y entonces ocurrió. Supongo que fue un acto reflejo, la fuerza de la costumbre, o tal vez algo de prisa o impaciencia, pero el padre, con su hi

El precio del silencio

Por razones en las que no voy a profundizar en este momento, llevo toda la tarde recordando aquel famoso poema de Martin Noemöller que todos hemos leído o escuchado alguna vez Original                 Traducción Als die Nazis die Kommunisten holten, habe ich geschwiegen; ich war ja kein Kommunist. Als sie die Sozialdemokraten einsperrten, habe ich geschwiegen; ich war ja kein Sozialdemokrat. Als sie die Gewerkschafter holten, habe ich nicht protestiert; ich war ja kein Gewerkschafter. Als sie die Juden holten, habe ich nicht protestiert; ich war ja kein Jude. Als sie mich holten, gab es keinen mehr, der protestieren konnte.       Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista, Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata, Cuando vinieron a buscar a los sindicalis