Hoy me siento ROJA

No, no voy a hablar de fútbol, ni del mundial ni de la selección española. Al menos no hoy.
Hoy me siento roja por otros motivos.
Soy consciente del entorno en el que estamos. Soy muy consciente de la crisis que estamos viviendo, ya que por mi trabajo puedo sentir su pulso a diario. Desde el primer día, en agosto de 2007 cuando vimos desbaratarse el castillo con el primer golpe de las hipotecas sub-prime en Estados Unidos, hasta hoy mismo, con el número de desempleados disparado, con el consumo prácticamente congelado, el miedo generalizado sobre todo entre los que seguimos teniendo un puesto de trabajo, porque no sabemos qué va a pasar con nosotros mañana...
Eso es una realidad, y negarla no sería solamente estar ciego, sino ser un irresponsable.
En estas circunstancias uno siempre tiene la conciencia de que hay que hacer sacrificios. Y uno siempre suele pensar que las cosas pueden llegar a ponerse mucho peor, y que en el fondo debemos dar gracias por lo poco o lo mucho que tengamos ahora. Desde luego, parece lógico. Si queremos que el barco se mueva, debemos empujarlo entre todos hasta la orilla de la playa. Y empujar supone hacer esfuerzos.
Efectivamente, "entre todos", no solamente entre unos pocos.
Digo que hoy me siento roja, y no por eso pienso que soy irresponsable. Simplemente me he dado cuenta, de que si yo no defiendo mis derechos, nadie lo va a hacer por mí. Y cuando la cosa se pone fea, y empieza el "sálvese quien pueda", la tentación de aprovecharse del más débil, del que tiene menos fuerza para defenderse, del más conformista, es especialmente fuerte.
Nos han educado para ponernos en el pellejo del que tenemos delante, y creo que es una buena virtud siempre y cuando eso no te debilite a ti mismo. En una negociación cada una de las partes tiene que tener claro cuales son sus intereses, a qué está dispuesto a renunciar pero también qué va a obtener a cambio de esa renuncia. La obstinación es un mal consejero cuando se negocia, pero el conformismo es todavía peor.
Cuando uno vive con el miedo en el cuerpo, cuando uno no sabe si dentro de unos meses va a poder seguir pagando la hipoteca, es fácil agachar la cabeza y asumir lo que nos caiga.
Pero no perdamos la perspectiva. El que está enfrente nunca agacha la cabeza. Y por muy mal que esté la cosa, casi siempre suele tener recursos en la manga para poder seguir manteniendo su nivel de vida.
¿Porque alguien piensa realmente que el señor Díaz Ferrán, representante de la patronal, y responsable del naufragio del grupo marsans, tiene en estos momentos algún problema para pagar el recibo de la luz, o está planteandose si este verano habrá vacaciones o se quedará en casa para ahorrar? Seguro que sus trabajadores sí tienen esos y peores quebraderos de cabeza.
Y es posible que en unos días lo tengan todavía más complicado...
Por eso decía que hoy me siento roja. Porque como no levantemos un poco la cabeza, como no nos agarremos con fuerza a nuestros derechos, la crisis acabaremos por pagarla los mismos de siempre. Ya está pasando, pero puede ponerse mucho peor.
Y no hemos sido nosotros los que nos hemos enriquecido todos estos años.

Por cierto, la pregunta del millón... ¿Alguien piensa que toda esa riqueza que se ha generado durante los años de crecimiento se ha volatilizado de la noche a la mañana como por arte de magia? ¿A qué pijo estamos esperando para abolir de una vez por todas los paraísos fiscales? ¿Tanto miedo hay a la transparencia, a que salga a la luz toda la verdad sobre cada hijo de vecino?
Sí, ya sé que todo esto parece muy demagógico. Pero, honestamente es lo que pienso hoy. Hoy me siento asquerosamente roja.

Comentarios

  1. Que claras tienes las ideas Paula y que bien las has expresado.Sabes aunque pueda parecer increible, yo jamás he ido de vacaciones, la última vez que ví la playa, mi hijo pequeño (ahora tiene 24 años) tenía 3 añitos. Y no me conformo, quiero que mis hijos puedan tener la mejor calidad de vida posible, por eso hemos hecho lo posible por darles unos estudios.
    Cuando esto se ha puesto así como esta y veo las dificultades que tienen para encontrar un trabajo despues de tantos años de esfuerzo, se me revuelve algo por dentro, por eso he decidido sentirme yo también roja como tú.
    Y lo que has dicho no es demagogia es una verdad como un templo, que muchos callamos y tú has expuesto magnificamente. Un beso y gracias por tus palabras. Pepi.

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