Amigos

Hay amigos que siempre están ahí, latentes a pesar de la distancia, a pesar de que cada cual haga su vida, de que parezca que sus caminos se bifurquen respecto al nuestro. 
Hay amigos con los que tan solo hace falta comenzar a hablar, y todo retorna:
La frescura, 
las ganas de contarlo todo, 
el desahogo, 
la facilidad para escuchar sin juzgar, 
la necesidad de aportar,
las risas, los recuerdos...

Y el reloj vuela...

Seguro que os ha pasado más de una vez. 
¿O seré yo que me enrollo como las persianas?

Comentarios

  1. Precisamente es ese estado de latencia lo que hace que algunos amigos se conserven en muy buen estado.
    ¿A quién no le habrá pasado?

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  2. Paula, mi amiga, tú no te enrollas nunca, es muy hermoso lo que dices, no juzgar, congelar lo bonito, saber que se está ahí...

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  3. A mí lo que me asombra es que, con algunas personas la distancia y el paso del tiempo hace que se vaya perdiendo poco a poco la relación hasta que llega un momento en que ya no se tiene casi nada de qué hablar.
    Sin embargo, con otras personas, siempre es fácil retomar puntos comunes. Es cuestión de chispa. O la hay o no la hay.

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